miércoles, 20 de febrero de 2008

Matar al 9...



Aún así supongo que la idea de limpiar no ha sido del todo mala, tenía que empezar a hacerlo algún día y quizá se estuvieran retrasando demasiado las ganas. Quizá debería haber empezado por el baño antes de hacer un intento por el salón y pasarme a la habitación; la que un día fue nuestra. Y en ella, habían tantos rincones como pelusillas de recuerdos amontonados. He empezado a barrer el suelo, quizá también tuviera ganas de tirar un poco de ti a la basura. Claro que no contaba con los pensamientos que me he ido encontrando por los cajones, demasiados recuerdos inesperados que ni siquiera pensaba que tenía. Un billete de bus de Madrid a una sierra perdida en el cielo ha sido el detonante que ha despertado mi memoria….quizá ya se estaba adormeciendo en los últimos días. He cogido el billete entre las manos y me he quedado analizándolo, cómo si esperase que me hablara o se convirtiera en el genio de la lámpara. Mi mirada se ha quedado fijada en la fecha del billete, - fue en semana santa del año pasado- pensé. He dudado si tirarlo a la bolsa de basura que tenía colgada de la puerta o guardarlo en el mismo bolsillo de la mochila donde lo encontré. No me preguntes por qué, pero lo he vuelto a guardar. Como queriendo no perderlo, a modo de ticket, de ese ticket que ambos tiramos hace ya casi un mes ( lo siento, pero he perdido la cuenta de los días ). He querido guardarlo para enseñártelo, aunque en estos momentos no sepa realmente para qué. He seguido rebuscando entre tantas y tantas cosas, haciendo esa selección que todos hacemos cuando abrimos los cajones de nuestra habitación. Intentar pensar fríamente en la decisión que todos hacemos cuando cogemos una cosa del cajón, la observamos entre nuestras manos y nos preguntamos “¿esto lo tiro o lo guardo?” . He empezado a tirar y tirar…guardar y guardar… y de repente, otra vez, has vuelto a aparecerme por los rincones. He encontrado un par de entradas del teatro Arniches. Para curarme en salud, decido parar de escribir en estos momentos ya que todavía sonrío.


No hay comentarios: